¿Qué son?
Los miomas uterinos son masas anormales de tejido muscular liso que se localizan en y alrededor del útero y ocasionalmente en el cuello uterino.
Estos miomas se originan de las células de músculo liso que existen en
el miometrio o pared del útero. En la mayoría de los casos son
múltiples, pero ocasionalmente pueden ser únicos. Otros términos por los
que se suelen denominar a estas lesiones son leiomiomas o fibromas
uterinos.
¿A quién afecta?
Se estima que una de cada cuatro o cinco mujeres presenta
miomas uterinos. Habitualmente suelen ocurrir en mujeres entre los 30 y
los 50 años y normalmente disminuyen de tamaño después de la menopausia.
Frecuentemente no requieren tratamiento. Sin embargo, pueden ser causa
de hemorragia uterina excesiva, dolor, sensación de presión,
infertilidad, aborto y parto prematuro. El tratamiento quirúrgico,
normalmente puede corregir estos problemas, sin embargo hay que tener
presente que existe la probabilidad de que vuelvan a aparecer.
¿Cuáles son sus causas?
La causa exacta de los miomas uterinos no está bien establecida.
Pero hay evidencias que sugieren que requieren de los estrógenos para
su crecimiento, se acepta que es un tumor estrógeno-dependiente.
El factor hereditario, puede ocasionalmente influenciar la aparición de los miomas uterinos.
¿Existen distintos tipos de miomas?
Los miomas se encuentran habitualmente en el cuerpo
uterino, aunque en ocasiones pueden aparecer en el cuello uterino. Se
suelen dividir en tres categorías, según su localización: subserosos, intramurales y submucosos. Aproximadamente el 55% de los miomas son subserosos, un 40% son intramurales y un 5% son submucosos.
¿Qué síntomas producen?
Muchos miomas uterinos no presentan sintomatología alguna.
Sin embargo, aproximadamente un tercio de las pacientes que son
diagnosticadas de mioma uterino, presentan una masa abdominal, una hemorragia uterina anormal, dolor en la pelvis o en el abdomen bajo, síntomas compresivos de órganos vecinos, lumbalgia o síntomas urinarios.
El síntoma más frecuentemente asociado a la aparición de los miomas es la hemorragia uterina anormal.
Ocasionalmente pueden contribuir a un problema de infertilidad. Aunque hay que tener en cuenta que como causa única de infertilidad solamente aparecen en el 2 al 3% de pacientes infértiles.
También se han relacionado con abortos de repetición.
En
la inmensa mayoría de los casos estos miomas son tumores benignos,
aunque las estadísticas indican que aproximadamente una de cada 10.000
pacientes con miomas presentarán un tumor maligno, que se denomina
leiomiosarcoma. En estos casos el crecimiento del mioma suele ser rápido
y esto hay que tenerlo especialmente presente en pacientes
post-menopáusicas.
¿Cómo se diagnostican?
El diagnóstico puede ser relativamente sencillo y en muchas ocasiones tan sólo se requiere de un simple examen pélvico manual por parte del ginecólogo.
Otros métodos que se pueden emplear y se emplean habitualmente en el diagnóstico de estas lesiones son: la ecografía pélvica (el método más altamente fiable en el diagnóstico de estas lesiones), la tomografía axial computerizada o comúnmente denominado scanner, la resonancia magnética, la histeroscopia o la laparoscopia diagnóstica.
¿Cómo se tratan?
Aquella mujer que se diagnostica de mioma uterino no
necesariamente precisa cirugía. Si el mioma es asintomático, en la
inmensa mayoría de los casos tan sólo se requerirá un examen periódico,
generalmente mediante examen pélvico manual y/o ecografía para el
control del crecimiento o cambios significativos en el tamaño del mioma.
En muchísimas ocasiones una vez llegada la menopausia, estos miomas
tienden a disminuir significativamente de tamaño y en algunos casos
eventualmente llegarán a desaparecer.
En caso de crecimiento, miomas
grandes o sintomatología acusada, requerirán tratamiento. Este
tratamiento puede ser mediante un tratamiento médico o mediante
tratamiento quirúrgico.
Tratamiento médico
Los fármacos actualmente más empleados en el tratamiento médico de los miomas uterinos son los análogos de la Gn-RH.
Normalmente se utilizan de manera temporal y pueden contribuir a
reducir el tamaño de los miomas, aunque en raras ocasiones llegarán a
hacerlos desaparecer. El fundamento de este tratamiento es disminuir la
cantidad de estrógenos circulantes en sangre al bloquear la función del
ovario. Dado que estas lesiones son estrógeno-dependientes su tamaño
tiende a reducirse.
Sin embargo es frecuente que cuando la terapia se interrumpe vuelvan a crecer.
Asimismo
este tratamiento presenta efectos secundarios similares a los que
aparecen cuando la mujer alcanza la menopausia, tales como sofocos,
sudoraciones, sequedad vaginal, cambios de humor y en algunas ocasiones
pérdida de masa ósea.
Tratamiento quirúrgico
El tipo de cirugía que pueden emplearse para el tratamiento
quirúrgico de los miomas varía según su localización, sintomatología,
tamaño y deseos de preservar fertilidad o menstruación que tenga la
paciente.
En miomas pequeños localizados en la cavidad uterina o en contacto con ella (miomas intramurales), se puede practicar la histeroscopia quirúrgica.
Esta técnica consiste en introducir una pequeña cámara (histeroscopio)
dentro del útero y proceder a la exéresis del mioma intrauterino.
Requiere anestesia general o regional, aunque la recuperación
post-operatoria es muy rápida
Miomectomía
En este caso se practica única y
exclusivamente la exéresis del mioma, preservando el útero que debe ser
reconstruido durante el acto quirúrgico. Esta técnica es la ideal a
practicar en aquellas mujeres que deseen preservar su útero, bien sea
por futuros deseos de fertilidad o por no querer perder la menstruación.
Hay
que señalar que la práctica de una miomectomía no evita la posibilidad
de que en el futuro vuelvan a aparecer nuevos miomas uterinos.
Adicionalmente, aproximadamente un tercio de las pacientes que se
someten a la miomectomía requerirán posteriormente una histerectomía.
Histerectomía
En este caso esta cirugía consiste en la exéresis total del útero.
Estas dos últimas técnicas quirúrgicas, pueden practicarse bien sea por vía laparoscópica o vaginal, es decir sin necesidad de abrir el abdomen o mediante laparotomía, cirugía en la que el abdomen es abierto.
La
elección de una vía u otra dependerá de una serie de factores como
tamaño de los miomas, su localización, habilidad quirúrgica del cirujano
etc.
Otras: Embolización de las arterias uterinas
Conduce a la necrosis por falta de irrigación. Indicado en algunos
casos con buenos resultados. Es un paso intermedio entre la cirugía y el
tratamiento médico. Tiene buenos resultados en pacientes seleccionados,
aunque en ocasiones los efectos secundarios, sobretodo el dolor
postoperatorio pueden necesitar tratamientos específicos.
Sumario
Los miomas uterinos son tumores benignos de músculo liso de
la pared uterina. Aparecen habitualmente en mujeres en edad
reproductiva. En muchas ocasiones son asintomáticos, sin embargo pueden
provocar hemorragia uterina anormal, dolor pélvico o abdominal,
sensación de presión, abortos o infertilidad. La probabilidad de que se
desarrolle un cáncer en un mioma uterino es extremadamente rara. El
manejo de esta lesión varía significativamente dependiendo de una serie
de factores explicados anteriormente.